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concurso restringido para el Caixaforum en el Agora de Valencia.

junto con Alfredo Payá

El espejo nos ofrece la “ilusión” de seguir disfrutando de la presencia completa del Ágora y nos permite pensar, por un momento, que no ha habido intervención.

Al otro lado del espejo, el edificio Calatrava desaparece para dar paso a un edificio acogedor, amable, mullido, silencioso, preocupado por ofrecer un alto grado de confort a quien lo habite.
Como en aquella pequeña puerta que condujo a Alicia al País de las Maravillas, la puerta, insertada en la inmensa fachada-parábola, nos llevará a un sorprendente edificio, casi mágico, que nos hace olvidar, súbitamente, el Calatrava y nos introduce en una atmosfera cálida y serena.

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