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Una apuesta medioambiental en silencio

 

Nuestros proyectos no pretenden seguir ningún patrón a la moda. Su apuesta por el medioambiente es consecuencia de los verdaderos valores de la arquitectura, aquellos que han estado siempre presentes en cualquier trabajo de calidad. Su indagación, se centra en invariantes de la arquitectura clásica: estancias pasantes, ventilaciones cruzadas, inercia térmica, confort acústico y térmico.

 

Se trabaja con la idea del contexto amplificado, lo mediterráneo, que acaba configurando una apuesta por una arquitectura “sostenible”… Casi como estar bajo un pino mediterráneo. Los huecos profundos matizan la incidencia del sol en fachadas expuestas. Los grandes paños de vidrio y celosías captan la luz a norte. Las cubierta verdes suponen una apuesta clara por naturalizar todo espacio construido mediante plantas autóctonas que no requieran mantenimientos muy costosos.

 

Más allá de lo natural, se plantean valores como lo social o lo económico.

Proponer arquitecturas económicas, con materiales tradicionales locales pero cuidando su puesta en obra es también un ejercicio de responsabilidad hacia los recursos disponibles. Abrir la arquitectura a la ciudad, ya sea a través de un soportal o de una grieta entre edificios supone también devolver en forma de espacio o infraestructura todo el esfuerzo de lo público. Estos parámetros, al igual que la durabilidad generan importantes beneficios económicos y sociales sin recurrir a grandes alharacas o alardes superfluos.

 

La eficiencia energética ya viene de serie en estos planteamientos, es intrínseca en toda solución técnica y constructiva de calidad, proponiendo sistemas de ahorro energético en todos los sistemas de instalaciones.

 

Lo “sostenible” no se exhibe como valor en sí mismo porque se da por hecho que debe estar presente en toda arquitectura que aspira a un cierto grado de calidad y confort.

 

Así, esta arquitectura se calla y con el tiempo o el uso, en silencio, exhibirá todas sus cualidades.

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